miércoles, 24 de septiembre de 2014

Estado sólido (Materia III)

Gravedad.
Atracción constante que me impide separarme del suelo,
encadenándome inexorablemente a la dura corteza terrestre.
Y en el eje magnético estabas tú.

Me has atraído como si fuésemos imanes,
me has convertido en metal inerte,
y ahora ya no puedo escapar,
no puedo despegarme de ti.

¿Fortuna?
No, para nada.
La suerte para quien la encuentre,
impaciente y solitaria bala en el tambor,
laberinto de sentimientos contradictorios
y, a la salida, el Rubicón nos pillaba de paso, alea jacta est.

¿Solución?
Bueno, quizás.
Tampoco sé muy bien cuál es el problema,
aunque la incógnita ya comienza a despejarse.
Sueña y déjate llevar por el misterio de la noche,
carpe diem y el arrepentimiento será mañana.

Ignoro tu pasado,
pero ahora eres presente.
No importa nada más.
Te oigo y te entiendo.
Y tú a mí,
aunque haya que gritar para escucharnos entre la gente.

Quiero acunar mis labios en tus labios,
y dormirme al exótico tacto de la canela en tu piel,
de kilómetros y cometas pintar el crepúsculo lento,
divagar,
dejarnos llevar por el vaivén envolvente de los astros.

Quiero acostumbrar mis pasos al ritmo de tu andares
y caminar en la misma dirección que dicten nuestros instintos,
enamorarte,
abrirte las puertas que cerré con llave
y que el candado lo pongas donde quieras tú.

Quiero que seamos el terremoto,
placas tectónicas que no dejen de chocar
y, en estado sólido,
convertirnos en uno
cada anochecer.

Alcaucin / Vélez-Málaga, 16 de Agosto, 24 de Septiembre de 2014