martes, 17 de junio de 2014

Estado gaseoso (Materia II)

Vendaval.
Ráfagas de viento azotando con furia mi cuerpo,
zarandeándome como frágil hoja seca sin rumbo.
Y en el ojo del huracán estabas tú.

Me has barrido como si fuese ceniza,
me has arrastrado como polvo a tu paso,
y ahora ya no puedo recuperar mi forma,
no volveré a ser yo.

¿Destino?
No sé, lo dudo.
Dejé de creer en esas tonterías,
escepticismo forjado a base de escarmiento,
coraza pétrea que me labré a golpe de cincel y martillo,
escudo con el que protegerme de promesas falsas y besos que no daré.

¿Serendipia?
Si, podría ser.
Nunca te busqué y sin embargo ahí estabas,
solo que ahora no es momento para juegos de azar,
desperdicié la poca suerte que me quedaba en la ruleta rusa,
dudo que pueda arriesgarme a más tentaciones vestidas de oportunidad azul.

No sé tu nombre
y te llamo a gritos entre sueños.
No me respondes.
Te alejas despacio sin darte la vuelta.
Sin detenerte.
Sin leer mi rima absurda dibujada en el aire.

Quisiera ser brisa furtiva entrando por tu ventana,
de seda y terciopelo desnuda cada noche recorrerte,
descubrir cada hueco tuyo, cada rincón oculto,
explorar,
perderme entre torbellinos y tornados de morena piel y placer prohibido.

Quiero conocer la magia que se esconde en tu mirada,
en la penumbra de tu alcoba ser el acorde lascivo que quiebre el silencio,
seducirte,
mostrarte el sendero umbrío que conduce a mis secretos,
ser contigo, morir en ti.

Quiero ser el aliento,
el suspiro y la exhalación
y, en estado gaseoso,
al calor de tu cielo
junto a ti ascender.


Alcaucín / Vélez - Málaga, 17 de Junio de 2014

miércoles, 11 de junio de 2014

Naturaleza muerta

Cerré los ojos y vi tu luz,
abrí las manos y tocarte quise,
mientras ululaba ante mí la brisa
del sepulcro frío proveniente,
entre las tumbas sin nombre
cubiertas de hiedras marchitas.

Quebróseme la voz y gritar no pude,
apretábase con fuerza el nudo a mi garganta
y, abandonándome a la derrota,
me encomendé al destino,
viéndote marchar entre penumbras,
adentrándote en la sombra.

Esquirlas de cristal parían mis ojos,
la noche se hizo mi amiga, mi compañera,
no pude seguirte allí donde te fuiste,
dejé que me cubriesen las zarzas y las enredaderas
y, convirtiéndome en estatua muda y ausente,
morí por tu partida, pagando mi condena.

Alas negras las de los cuervos
que sobre mis brazos sus nidos tejían,
fueron mis orificios lúgubres moradas
para las alimañas, gusanos y culebras
y, siendo ya mis piernas meras raíces inmóviles,
pasé a ser el guardián de la sombría cripta,
el amante eterno, la impasible naturaleza muerta.
Aquí te esperaré ahora y por siempre,
vestigio triste del enamorado a tus puertas.

Alcaucín, 10 y 11 de Junio de 2014

lunes, 9 de junio de 2014

Estado líquido (Materia I)

Maremoto.
Olas rompiendo en la boca del estómago,
provocando tsunamis que se elevan hasta la garganta.
Y en el epicentro estabas tú.

Has desatado la tormenta y la lluvia,
has agitado los océanos sin quererlo,
y ahora ya no habrá calma,
no habrá donde guarecerse.

¿Casualidad?
No sé, tal vez.
Cruce de miradas furtivas,
cómplices entre el murmullo mundanal,
silencio armónico rompiendo el ruido perturbador,
abriendo brecha en la amalgama de ecos depravados que nos envuelve.

¿Deja vú?
Es posible.
Creo que esto ya lo viví una vez,
pero no salió como yo esperaba,
porque tengo la manía tonta de esperar siempre demasiado,
de levantar castillos de naipes en equilibrio sobre la punta cruel de un alfiler.

No te conozco
y ya sé cómo eres.
No eres como las demás.
Simplemente, eres tú.
Y te estaba esperando,
aunque has tardado más de lo previsto.

Ahora quiero desnudar caricias sobre el frío mármol blanco,
de entre las hojas secas rescatar la flor que aun pueda renacer,
tejer capullos y experimentar la metamorfosis,
evolucionar,
avanzar en la dirección que marquen tus pasos.

Quiero descifrar el secreto de tu sonrisa misteriosa
y, entre tinieblas, susurrar versos prohibidos a tu oído,
pervertirte,
arrastrarte hasta mi rincón sombrío
y que ni la luna ni el alba nos molesten.

Quiero convertirme en agua,
ser la gota y la corriente
y, en estado líquido,
en el mar de tus pupilas,
diluirme en ti.


Vélez - Málaga, 9 de Junio de 2014

martes, 3 de junio de 2014

Redención

Me dejaste con la boca cerrada,
a mí, que siempre tengo respuesta para todo,
cuando me recordaste los errores del pasado
y no supe replicarte porque no había excusa posible.

No puedo darle marcha atrás al calendario,
ni hacer que las manecillas del reloj giren a la contra,
aunque te garantizo que me encantaría conseguirlo,
que ojalá fuese capaz de arreglar lo que dejé roto.

Me convertí en fugitivo cobarde huyendo de mis fantasmas,
Juan Sin Tierra ni hogar al que regresar,
jinete solitario atravesando desiertos a galope tendido,
Campeador en el destierro sin espada ni ejército, arrepentido.

Han ido cayendo los años como las hojas secas en el otoño
y he regresado con mis harapos rotos de polvo cubiertos,
el camino fue duro y largo,
eterno tal vez podrían decir algunos,
ahora tan solo quiero descansar junto a ti,
volverte a contar secretos a la luz de una vela,
a media voz oír de nuevo los tuyos,
reírnos como idiotas de las tonterías que nos hacían tanta gracia,
pese a que no la tuviesen,
ser tú y yo,
como éramos ayer.

Igual ya no es momento para esas payasadas,
puede que, como tú dices,
nos hayamos vuelto viejos y aburridos,
¿quién sabe?
Sin embargo, yo quisiera tocar cada tarde a tu puerta,
brindar por mañanas que no se han escrito todavía,
que el alcohol cicatrice las heridas antiguas
y, así, ebrios y con los sentidos alterados,
dedicarle a la luna en la madrugada
danzas guerreras y bailes prohibidos,
sin miedo,
sin vergüenza.

Quisiera redimir mi culpa y empezar de cero,
quisiera plantar otro rosal,
quisiera recuperar el tiempo perdido,
pero lo único que se me ocurre es pedirte perdón.
Quisiera retomar el sendero, sin equivocarme,
pero la elección no es mía,
decide tú por mí.

Alcaucín / Vélez - Málaga, 3 de Junio de 2014