martes, 3 de junio de 2014

Redención

Me dejaste con la boca cerrada,
a mí, que siempre tengo respuesta para todo,
cuando me recordaste los errores del pasado
y no supe replicarte porque no había excusa posible.

No puedo darle marcha atrás al calendario,
ni hacer que las manecillas del reloj giren a la contra,
aunque te garantizo que me encantaría conseguirlo,
que ojalá fuese capaz de arreglar lo que dejé roto.

Me convertí en fugitivo cobarde huyendo de mis fantasmas,
Juan Sin Tierra ni hogar al que regresar,
jinete solitario atravesando desiertos a galope tendido,
Campeador en el destierro sin espada ni ejército, arrepentido.

Han ido cayendo los años como las hojas secas en el otoño
y he regresado con mis harapos rotos de polvo cubiertos,
el camino fue duro y largo,
eterno tal vez podrían decir algunos,
ahora tan solo quiero descansar junto a ti,
volverte a contar secretos a la luz de una vela,
a media voz oír de nuevo los tuyos,
reírnos como idiotas de las tonterías que nos hacían tanta gracia,
pese a que no la tuviesen,
ser tú y yo,
como éramos ayer.

Igual ya no es momento para esas payasadas,
puede que, como tú dices,
nos hayamos vuelto viejos y aburridos,
¿quién sabe?
Sin embargo, yo quisiera tocar cada tarde a tu puerta,
brindar por mañanas que no se han escrito todavía,
que el alcohol cicatrice las heridas antiguas
y, así, ebrios y con los sentidos alterados,
dedicarle a la luna en la madrugada
danzas guerreras y bailes prohibidos,
sin miedo,
sin vergüenza.

Quisiera redimir mi culpa y empezar de cero,
quisiera plantar otro rosal,
quisiera recuperar el tiempo perdido,
pero lo único que se me ocurre es pedirte perdón.
Quisiera retomar el sendero, sin equivocarme,
pero la elección no es mía,
decide tú por mí.

Alcaucín / Vélez - Málaga, 3 de Junio de 2014