viernes, 30 de mayo de 2014

Lacrymossa

Me arranqué el corazón del pecho para que no me doliera
y lo guardé en una cajita en mi desván de esperanzas rotas,
junto a las promesa que nos hicimos o que imaginamos,
al lado de mi colección de besos por darte.

En la niebla espesa de mis silencios me di el capricho de perderme
y deambulé a tientas por los oníricos senderos que me trazaba el destino,
durmiente sonámbulo soñándote cada noche sin quererlo,
forjador de calladas ilusiones ocultas a tu mirada.

Te busqué por bosques antiguos y arboledas milenarias,
sabias sus cortezas, profundas sus raíces ancladas a la tierra,
y te perseguí creyéndote ninfa fugitiva y huidiza,
dríade juguetona de cautivadora belleza.

Corrí detrás tuyo queriendo darte caza,
rastreando con esmero cada una de tus huellas,
pero tú, mimética y burlona,
te escondías cada vez que pasaba cerca.

Te perdiste antes de que pudiera atraparte,
desapareciste ocultándote entre helechos y malezas,
mudo quedó el bosque,
muda mi guitarra y mi pluma de poeta,
muda la mañana,
muda la sombra, muda mi pena.

Ahora despierto cada noche entre lágrimas,
gritándole tu nombre a las paredes calladas de mi alcoba vieja,
se perlan mis mejillas de nostalgias saladas
al recordar que lo que antes fue verde ahora son hojas secas,
que no soy el guerrero de la armadura plateada,
que no eres xana que me acariciará mientras duerma,
por eso lloro solo y a oscuras,
lloro amargura,
lloro poemas.

Vélez - Málaga, 30 de Mayo de 2014