Cada vez que vuelvo a casa
te busco y tú no estás,
es raro no encontrarte
al llegar.
Extraño tanto tus besos,
tus gestos y tu forma de hablar,
las historias que contabas
no las volveré a escuchar.
En tu butaca vacía
habita la soledad,
el sitio en que te sentabas
nadie lo ha vuelto a ocupar.
Quiero dormirme en tu regazo,
sentir tu calor una vez más
y darte todo el cariño
que nunca te pude dar.
Desde tu estrella
yo sé que aun cuidas de mí,
que me guías si me pierdo
y me das fuerza para seguir.
Yo te echo tanto de menos,
quisiera que estuvieras aquí,
aunque sé que desde el cielo
tu estrella hoy brilla por mí.
Ya no volveré a verte
ni a tener nunca tu amor,
pero allí donde hayas ido
ojalá oigas mi canción.
Mi alma está triste y ahora
que añoro oír tu voz
quiero que sepas que desde que te fuiste
llora por ti mi corazón.
Desde tu estrella
yo sé que aun cuidas de mí,
que me guías si me pierdo
y me das fuerza para seguir.
Yo te echo tanto de menos,
quisiera que estuvieras aquí,
aunque sé que desde el cielo
tu estrella hoy brilla por mí.
Alcaucín, 13, 15 y 17 de Septiembre de 2012
La entrada de hoy es diferente.
Hoy no hablo de amaneceres y locuras, ni de sueños imposibles o fantasías de madrugada a la sombra de un cubata con alguna canción de fondo.
Hoy hace dos años que te marchaste y no me dijiste adiós.
Hoy quiero decirte que te echo de menos.
Hoy quiero que sepas que me sigues haciendo tanta falta...
Hoy, como cada día, me acordé un poquito de ti.
Hoy te mando un beso y una canción.
Allí donde estés, sé que tu estrella seguirá brillando por mí.