Perdidos en el tiempo,
tu recuerdo estaba enterrado,
no esperaba
volverte a encontrar.
Tu mirada
sobre mí se ha clavado
y me siento
frágil como el cristal.
Hace tanto
que creía haberte olvidado
que no sé cómo
empezarte a hablar.
Llena mi mente
de añoranzas del pasado,
me lamento
por haberte dejado pasar.
No sé cuanto
tu vida habrá cambiado,
pero la mía
es tan distinta ya.
La negra noche
sobre mí se ha instalado
y perdido
vago en la oscuridad.
Y ahora ya no hay marcha atrás,
ya no hay vuelta de hoja,
no somos lo que fuimos ya,
tú no eres la luz, yo no soy la sombra,
no somos cometas que volar,
no soy el tallo ni tú la rosa,
es tarde ya para soñar,
ya no eres la montaña ni yo la roca,
ya no soy la ola en el mar
ni tú la piedra contra la que rompa,
no eres fuego que quema al tocar
ni yo la ardiente llama roja,
hijos de un mismo dios que van
en direcciones opuestas una a la otra.
Alcaucín, 5 de Julio de 2010