No quiero adivinar
si eres o no feliz,
ya no puedo soñar,
solo intento dormir.
Lágrimas en una canción,
gotas de soledad,
mientras distraído yo
escribo tu nombre en el cristal.
No prenderé otra vez
estrellas en tu balcón,
rosas que no cortaré
besos que no visitarán tu colchón.
Adiós, princesa, adiós,
no habrá un nuevo amanecer
y me despido de vos.
Comprendí que no seré
fuego en tu corazón
ni brisa sobre tu piel.
Adiós, princesa, adiós,
ya no te buscaré,
ya no te esperaré.
Mis pasos me llevarán
ahora lejos de ti,
palomas que no volarán,
secretos que no vamos a descubrir.
Bailarines en un salón
a ciegas queriendo danzar,
almas cautivas en su prisión
condenadas a la oscuridad.
No volveré a ser
poeta tonto por vocación,
"te quieros" que no cantaré,
poesías muertas en un cajón.
Adiós, princesa, adiós,
no habrá un nuevo amanecer
y me despido de vos.
Comprendí que no seré
fuego en tu corazón
ni brisa sobre tu piel.
Adiós, princesa, adiós,
ya no te buscaré,
ya no te esperaré.
Me marcho ya,
no habrá más tú y yo,
se acabaron los yo y tú,
pero te vuelvo a recordar
a solas en mi habitación
cuando se apaga la luz.
Alcaucín / Vélez - Málaga, 22 de Abril de 2014